No son pocos los conductores a los que les suena el concepto de freno motor, pero no saben exactamente qué es o lo confunden con el freno eléctrico.
De hecho, el tema del freno motor es señalado de pasada en los manuales para obtener el carnet de conducir, sin darle toda la importancia que se merece.
El freno motor no es un elemento físico del vehículo
Contra lo que algunos piensan, el freno motor no es un sistema mecánico ni eléctrico de ayuda al frenado. El freno motor no es más que una técnica de conducción que aprovecha el poder de retención de las marchas inferiores para reducir la velocidad del vehículo.
El cambio: una eficaz forma de disminuir la velocidad sin fatigar pastillas y discos de freno
Con la simple maniobra de reducir una o dos marchas, utilizando la palanca de cambio manual o el selector de velocidades de un cambio automático moderno, conseguimos que la transmisión oponga más resistencia del vehículo.
Así es como podemos conseguir un efecto de frenado progresivo y permanente, sin necesidad alguna de tocar el pedal de freno.
Cuándo usar el freno motor
Dos son las circunstancias en que resulta aconsejable usar el freno motor:
- En descensos de pendientes muy pronunciadas o largas, evitando el sobrecalentamiento del sistema de frenado y su consiguiente pérdida de rendimiento.
- En carreteras viradas, antes de entrar en las curvas, minimizando el riesgo de deslizamiento al frenar y aumentando la tracción del vehículo.
Freno eléctrico: una ayuda adicional en los vehículos pesados
En vehículos de turismo y derivados, el freno motor es más que suficiente para controlar adecuadamente la velocidad de descenso. Sin embargo, no ocurre lo mismo en los camiones pesados cuando circulan a tope de su capacidad de carga.
En estos casos, la fuerza de inercia producida por las cargas pesadas supera al poder de retención del cambio.
A tal efecto, este tipo de vehículos disponen de una ayuda de frenado para los descensos muy pronunciados: se trata del freno eléctrico, que no tiene nada que ver con el freno motor.
Se trata de un sistema que, mediante corrientes eléctricas, provoca un potentísimo campo magnético inducido que actúa directamente sobre el eje de transmisión del camión, controlando la velocidad sin recurrir al freno convencional.
Utilizar el freno motor en las pendientes tiene una ventaja adicional que muchos desconocen
El principal beneficio de utilizar la técnica del freno motor en los descensos es que puede controlarse la velocidad de bajada, a la par que se evita la posibilidad de un fallo de los frenos por sobrecalentamiento.
Pero existe otra ventaja, nada desdeñable si se tienen en cuenta los estratosféricos precios actuales de la gasolina y del gasóleo:
Cuando engranamos una marcha inferior y el motor comienza a retener, el sistema electrónico del vehículo reduce la inyección de combustible al mínimo imprescindible para mantener el motor en funcionamiento.
Esto implica que el gasto de combustible cuando empleamos la técnica del freno motor es muy próximo a los cero litros por cada cien kilómetros recorridos. Esto es fácilmente comprobable en los vehículos que disponen de indicador de consumo instantáneo.